jueves, 23 de agosto de 2012

Algo de mí

 
A veces no sé que hacer. A veces quiero correr, correr y abrazarte o sólo correr. Amar, saltar, y al final lo que sucede es que caigo muerta.

Es difícil pelear contra mí misma. Tantos miedos y pesadillas. Todo por no reconocer ese lado oscuro que está en mí y que también es parte de lo que me hace quien soy. Para que pelear contra mí misma, eso no hace falta, no hace falta pelear. Lo que necesito es reconocer. Reconocerme. Aceptar mis impulsos y mis deseos. No negarme. Dejar salir mis perversiones más intimas y tener el valor de vivir todo lo que he soñado. Quiero aceptar que no soy “una perita en dulce” como decía mi abuela, que no soy tan linda, buena onda, paciente y responsable como mis padres quisieran. Que a veces me dan ganas de besar al esposo de mi amiga o pasarme un alto por que ya voy tarde. Otras veces no quiero saludar a nadie y otras quiero follarme a todos, y no es por sea grosera, mal educada o en el segundo caso una caliente. Es simplemente por que quiero reconocer que mi forma de ser, algunas veces se revela a las éticas y moralidades de mi entorno o peor aún, me revelo contra mí misma, me saboteo, me regaño, me avergüenzo, me rebaso y me sorprendo yo solita. Puedo ser muy responsable, sí, a veces, puedo comportarme muy seriamente pero también hay una mujer perversa dentro de mí, que le gusta disfrutar y hacer lo que le plazca, cuando le plazca y con quien le plazca.

A veces los demás me importan tanto que los pongo incluso antes que a mí misma, quiero que todos estén bien, que no les falte nada y soñar. En esta vida los sueños se cumplen, se hacen realidad, eso me decía mi abuelo. En las mañanas cuando me quedaba a dormir con ellos, él me despertaba con besitos en mis pies, eso a mi me daba cosquillas y despertaba riendo. Susurraba que el desayuno ya estaba listo y yo lo abrazaba, lo besaba y me ponía mi bata para bajar a desayunar. Ahí me preguntaba por mis sueños y yo le contaba lo que quería ser de grande. Lugares que no conocía y con los que soñaba. Personas que en mis sueños aparecían y desaparecían pero que  jamás había visto. Él decía que los lugares con los que soñaba algún día los conocería y las personas que en mis sueños aparecían, en algún momento llegarían a mi vida.

Siempre he soñado que soy una mujer fuerte, sana, que no come carne y que come muchas frutas y verduras. Una mamá que sabe de nutrición, se alimente sanamente y que lo mismo hace con sus hijos.

He soñado que soy una mujer que toma mucho agua, liquido sagrado, transparente y vital. Mujer que cuida y ahorra el agua como un preciado tesoro, mujer que conoce lo valioso. Mujer rica, que se enriquece y enriquece a quien está junto y cerca de ella.

Sueño con ser una mujer trabajadora, siempre de aquí para allá dando lo mejor de mí y haciéndolo todo con amor y hermosura.

De niña soñaba que era doctora ginecóloga, psicóloga, maestra, bailarina y actriz. Siempre quería ser la protagonista de todas las películas, de todos los libros o de todas las obras de teatro a las que iba. Soñaba con ser como Frida Kahlo, Sor Juana Inés de la Cruz, Madonna o Anaís Nin. Así de diversa y contradictoria ha sido mi vida siempre. Por un lado Sor Juana y por otro Madonna. Una parte de mí quiere escribir sin que nadie me moleste y leer. Dejar libros, palabras, pensamientos y sueños en papel y tinta. Por otro lado quiero ser una artista trabajando por todo el mundo, moviendo a masas con el baile y la música. Disfrutando el sexo y liberando los pensamientos.

Ahora sé que soy una mujer mexicana, joven, que a veces no sabe que hacer. Que tiene dudas, sueños, miedos, pesadillas y recuerdos. Como todas. Con inseguridades y fortalezas. Quiero reconocer a esa mujer que vive en mi y que puede equivocarse. Esa mujer que si se equivoca  es por que se atreve, se arriesga. Con voluntad alcanza y logra.  Si sueña algo lo hace realidad, lo vive y lo goza.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Un hombre de lluvia

Eres un hombre de lluvia, caes del cielo, me empapas, me hinundas.

Soy mujer de Mar,  te toco los pies, llego hasta tus rodillas, la ola sube y alcanzo a cubrir tu pelvis.

Te hunes y te sumerges en mí.

Me hinundo y me lleno de ti.

Una ola

Tus emociones caen como la lluvia.

Tus ojos brillan como si contuvieran una gota.

Mis piernas te reciben con una ola.

Ola de mar qeu guíada por la espuma.

Me lleva hacia ti.

Eres como la lluvia

Eres como la lluvia.

Me humedeces.

Me mojas.

Yo soy como la Mar.

Y te contego.

Te recibo

La espera me abruma, tu compañía como ninguna. Me cuida. Me ama. Me acompaña en la cama.

Me acaricias la espalda y mis lágrimas saladas, cual agua marina, se quedan en la almohada.

Ahí estás tú, sin saber que hacer. Con ojos de amor, acompañas mi dolor.

Tu sóla presencia, me anima y da fuerza. Un sólo abrazo y en ellos descanso. Me tiendes la mano. La tomo y no me canso. No te suelto. Te acompaño. Me acompañas. Y en el idilio... Todo se acaba.

Completa

Mi cuerpo se enferma, metido en la arena, se entierra y se asficcia, se quiere morir. La ola me alcanza, me moja, me abraza, sacude por dentro mi ser y mis sueños. Ahora tiemblo de miedo, por volver a nacer, como mujer sin complejos, segura y completo mi ser. Completa de alma. Completa razón. Completo mi cuerpo. He vuelto a nacer.

El temor

Cuando el temor se vaya, mis dudas desaparecerán.

Cuando el temor ya no esté aquí.

Cuando el temor ya no se sienta... Te encontraré.

Me encontraré.

Cuando el temor esté fuera, la paz, la seguridad, la alegría y el placer estarán dentro de mí.

Cuando me extirpen este tumor, mi cuerpo sanará, se recuperará y pronto procreará.

Re-surrección de mujer. Fertilidad vuelta a nacer. Resurgir del profundo mar, a las olas sortear y completa nadar.