La espera me abruma, tu compañía como ninguna. Me cuida. Me ama. Me acompaña en la cama.
Me acaricias la espalda y mis lágrimas saladas, cual agua marina, se quedan en la almohada.
Ahí estás tú, sin saber que hacer. Con ojos de amor, acompañas mi dolor.
Tu sóla presencia, me anima y da fuerza. Un sólo abrazo y en ellos descanso. Me tiendes la mano. La tomo y no me canso. No te suelto. Te acompaño. Me acompañas. Y en el idilio... Todo se acaba.
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