sábado, 9 de abril de 2011

Por fin solos



Por fin te puedo besar, tomar tu cara y acercarla a la mía, observar tus ojos, olerte, besarte despacio y mordisquear tu labio inferior, jugar con mi lengua y volver a olerte, sólo olerte y observar tus ojos de cerca. Otra vez.

Disfruto tu mirada mientras te abrazo y me siento sobre ti. Sentirte tan cerca, imaginando lo que puede suceder, lo que te quiero dar.

Me siento intimidada, no sé que hacer ni como empezar. Me abrazas con todo tu cuerpo, siento que puedo perderme. Me siento protegida y me dejo caer, tú estás ahí y me sostienes.

Sabiendo que por fin estamos solos, tú y yo pensando en ella y pensando en él, disfrutamos por ellos.

Me abrazas y me tiras a la cama, te subes sobre mí y me besas, me acaricias, yo te aprieto a mí, me sujeto de ti. Me dejas caer tu peso y me excitas, tu cadera se mueve como sí bailáramos. Tu cadera sobre la mía se mueve y me invita a bailar húmeda de ti, por ese vaivén que me acalora y quiere mas.

Rodamos sobre la cama y te quedas abajo mío, suplicante. Quiero besarte el cuello. Bajar deteniéndome en tu oreja, chuparla con paciencia, con la misma paciencia que nos tiene aquí ahora, por fin solos.

Te beso el ombligo y llego hasta dónde tú pantalón me deja. Saboreo los huesitos que le dan relieve a todo tu cuerpo y subo hasta tu pecho para alimentarme de ti y desviarme en tu axila para quedarme ahí.

Algo me llama, es tu mirada, es tu cadera, son tus piernas y ese ritmo que nos mueve y que seguimos como el mar sigue a la luna. Yo sigo besándote, mordiéndote y lamiendo tus ingles, tus piernas, tu pene endurecido que me hace descubrir la necesidad que me provoca. Necesidad de besarlo, probarlo, metérmelo y lamerlo.

Te disfruto sin pensar, con la vista nublada, siento tu sudor y mi vulva se dilata. Quiero besarte, acariciarte, recorrerte y reconocerte, como te recordaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario