
Sola. Sin ellos. Lejos de cualquier hombre y… (suspiro)
Los hombres. Parte complementaria e indispensable para nosotras. Me he preguntado muchas veces porqué me gustan tanto.
Tal vez sean sus hombros anchos, sus piernas peludas, sus manos grandes y esa voz gruesa que me ha susurrado al oído palabras suaves y tiernas.
O será que los momentos más felices de mi vida los he vivido a lado de un hombre.
Quizá sólo sea que a mi lado han estado hombres maravillosos, sorprendentes, mágicos, completamente bellos y muy hermosos.
Me crió un hombre al que le he criticado todo, y aún con todo aquello que no apruebo, con eso que puede o no gustarme de él, con aquellas cosas en las que no coincidimos y no concordamos. Lo amo y lo admiro. Lo sigo adorando por que ha sido y es un hombre ejemplar para mi y para mi vida.
A ellos los he amado y me he entregado. A cada uno. Hombres con los que he vivido y he compartido mi vida. He compartido mi cuerpo, mi corazón y mis sueños.
A ellos que son parte de lo que soy.
Por ellos que he sido quien ahora soy.
Con aquellos que he luchado.
Por aquellos con los que he luchado.
Con ellos que he caminado.
Por ellos que junto a mí han estado.
Con ellos y por ellos escribo estas palabras, llenas de amor, impregnadas de gratitud, teñidas de felicidad y aceptando el dolor les digo que en mi corazón están, de mis sueños son parte y en mi cuerpo los siento aún cuando no están. Todavía y siempre, por consecuencia, empatía y lealtad. Puro amor. Amor de mujer.