
Un 8 de julio cuando me despertaba por la mañana, descubrí que por fin había encontrado el amor.
Me sentía vacía, perpleja. Como cuando te pierdes caminando sin encontrar la salida. Como en el mar cuando ya no sabes dónde quedó el atrás y hacia donde te diriges.
Observaba todos los caminos que tenía por delante. Y lo miré a él. Como esa luz que anuncia el final de un túnel. Como ese farol que anuncia la llegada a puerto. Como la luna cuando cae dejando llegar el día.
Así amanecía para mi el amor. Así despertaba. Sintiendo mi cuerpo que sudaba debajo de las sabanas. Sintiendo mi entrepierna humedecida y mis ojos brillaban.
Brillan desde entonces. Al mirarte. Mi cuerpo tiembla. Al tocarte. Mis labios sangran. Junto a tu cuello. Mi corazón se detiene. De tanto amor.
Y ese amor como la marea de pronto se aleja. Así lo veo hoy alejarse. Cual velero llevado por el viento sin rumbo y sin timón para dirigirse a la mar que lo espera.
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