
Soy una mujer de calor que a veces siente frío.
Una mujer de talla chica y que se siente grande.
Una mujer fuerte que a veces se siente frágil y tiembla de frío.
Una mujer que goza al bañarse con agua de tiempo cuando se siente bien.
Una mujer guerrera de voluntad imparable que lucha y se rebasa. Luego se enferma.
Mujer blanca de piel suave, aroma exquisito y sabor intenso. Siempre espejo y reflejo.
Intensa hasta la médula y sensible en su totalidad. Conectada y empapada de su entorno. De tres ojos. Dos narices. Cuatro manos y un pie. Pie con escamas de sirena que se sumerge a un inmenso y profundo océano interior, navega entre sus olas y corales, canta con las algas y en la arena clara descansa. En sus arrecifes de confusión y dudas se revuelca arena oscura, negra de inconsciente que la hiere. Pesadillas y miedos.
Lagrimas infinitas de mujer por el mundo y para el universo. Toda la humanidad y todos los tiempos. Llorando siempre y riendo también. Feliz de todo y triste a veces. Muy buena y muy mala por placer y a conveniencia. A veces a discreción.
Honesta y engañosa. Ilógica e imperfecta. Que miente y se oculta. Se abre y comparte. A veces no sabe y a veces duda. Otras veces no piensa y sólo siente, más siente tanto que se asusta y se inhibe. La vulnerabilidad le espanta y espantada se echa para delante. Los juegos le gusta jugarlos al revés: se toma demasiado en serio a ella misma y más a los demás.
Como mujer le gusta la inmensidad y sentirse total. Detener el tiempo y desaparecer. Empaparse en él y dejar fluir entre sus piernas la humedad del amor que la llena y la penetra.
Con sabiduría y experiencia aprenderá que el amor es así y que en la vida hay dolores, despedidas y anocheceres en los que todo oscurece. Como mujer siempre por salud aquí y allá se entregará, en el espacio se sacrificará y a su cuerpo escuchará.
Sueño de mi siendo mujer. Eso quiero y eso trabajo. Eso soy y voy siendo. Eso hago y eso me hace. Me hace ser quien soy. Una mujer sin nacionalidad, ni edad, ni signo zodiacal. Mujer sin hombre, sin nombres ni apellidos. Mujer de ayer y futuro en el mañana. Sin animales, sin amuletos, sin decretos, ni secretos. Mujer sin definición.
Mujer que va siendo, se va transformando, va transmutando, sublimando y trascendiendo.
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